jueves, 5 de mayo de 2011

Hoy no voy a trabajar

No voy a levantarme apurado, ni a ducharme apurado, ni desayunar apurado, ni salir apurado. Ni olvidarme de algo. Por apurado. 
Ni a bajar las escaleras puteando. a mi vecina.
Hoy no voy a esperar el autobús. Esperanzado. Porque no va a tardar en llegar. Desesperado. Porque la espera recién empieza. 


Hoy no voy a llegar tarde otra vez a la oficina. 
Ni a saludar por saludar. Ni a drogarme con el café más feo del mundo. Para durar. 
Ni a sentarme frente al escritorio. Para esperar. Esperanzado. 
Porque el final del día no va a tardar en llegar. Desesperado. 
Porque el final recién empieza. 


Hoy voy a levantarme muy tarde. Y a ducharme muy despacio. Y a desayunar más despacio. Y voy a salir a la calle y al mundo no le va a importar. Y a mí tampoco. 
Porque voy a estar espaciado, descansado y desapurado. Y esperanzado.
Porque el amor no va a tardar en llegar. Y desesperado. 
Porque la esperanza recién empieza.

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